La historia no contada de la fábrica de Ebro en España

Esta es la historia no contada de la fábrica de Ebro en España, una planta que nació hace más de cien años en Cádiz, de la mano de Ford, aunque más tarde se trasladó a Barcelona. Allí han fabricado sus coches varias marcas.
Una de las grandes noticias de los últimos tiempos ha sido el regreso de una marca mítica española que operó durante casi 30 años y que ahora vuelve de la mano del grupo chino Chery. Se trata de Ebro y hoy vamos a desvelar la historia no contada su fábrica en España.
La marca Ebro forma parte de la española EV Motors que, a su vez, mantiene dos joint venture con Chery, una para la producción de los vehículos de Omoda y Jaecoo (más Ebro) en la Zona Franca de Barcelona y otra para la comercialización de los Ebro, primero en España y luego en otros mercados europeos.
Uno de los puntos más importantes del acuerdo es la recuperación de las instalaciones de Barcelona que, hasta 2021, utilizó Nissan. Ahora, la fábrica reabre sus puertas, ahora rebautizada como Ebro Factory.
Sin embargo, la historia de la fábrica de Ebro se remonta muchas décadas atrás, incluso más de cien años. A lo largo de todo ese tiempo, ha acogido a diferentes marcas y se han fabricado cientos de miles de automóviles.
Ebro, una marca española de camiones y tractores

La marca Ebro nació en 1954, en pleno desarrollo industrial español. Todo empezó dos años antes, cuando el Ministerio de Industria puso en marcha un concurso público con el objetivo de desarrollar el mercado de tractores en España.
El concurso lo ganaron dos empresas, Lanz Ibérica S.A. y Motor Ibérica S.A., y esta última fue quien creó Ebro para construir camiones y tractores. El nombre aludía al río más caudaloso de España y copiaba la estrategia que Ford en Reino Unido, que había escogido el nombre Thames (Támesis en español) para su filial de camiones.
La compañía española inició poco después la producción de vehículos pesados que terminarían poblando las carreteras y campos de toda España. Los primeros modelos estaban basados, precisamente, en el Ford Thames Trader. Los años 60 fueron los del despegue definitivo.
En 1965, Massey Ferguson, empresa estadounidense dedicada a la producción de maquinaria agrícola, adquirió el 35% de Motor Ibérica S.A. y puso a su disposición Perkins Hispania, la empresa encargada de construir los famosos motores Perkins en sus instalaciones de Madrid.

Entre 1967 y 1974 se hicieron con diferentes empresas relacionadas con la producción de furgonetas, vehículos comerciales, carretillas elevadoras y modelos Jeep con licencia americana.
En 1979, Massey Ferguson vendió su participación y comenzó el final de Motor Ibérica. Ese mismo año, empezó a trabajar con la tecnología de Nissan, que se hizo con la participación de la estadounidense y continuó ampliando sus acciones en la empresa con el paso de los años llegando, hasta obtener el 97%.
En la década de los 80 se produjo un hecho clave que determinó el devenir de la industria española: la entrada en la Comunidad Económica Europea (posteriormente Unión europea) el 1 de enero de 1986, tras la firma del Tratado de Adhesión el 12 de junio de 1985.
Tras el ingreso en la comunidad europea, el gobierno español inició un proceso de privatización con la venta progresiva de numerosas empresas públicas de diferentes sectores estratégicos, integradas en el Instituto Nacional de Industria (INI), creado en 1941 para promover el desarrollo de la industria en España.
En este contexto, la marca Ebro cesó su actividad en 1987, después de la creación de Nissan Motor Ibérica S.A.
La historia de la fábrica de Ebro y su vinculación con Ford

La historia de la fábrica de Ebro es más antigua que la marca y ambas se solapan durante un momento determinado. Sus inicios se remontan a 1920, cuando la filial española de Ford se instaló en Cádiz. Sólo tres años después, en 1923, la marca estadounidense se trasladó a Barcelona.
Eran tiempos difíciles. Cuando Ford se trasladó a la Ciudad Condal, inició en España la dictadura de Miguel Primo de Rivera, que dio cierta estabilidad al país, pero terminaría siendo el último clavo en el ataúd de la monarquía de Alfonso XIII.
Durante la dictadura, la compañía cambió su denominación social a Ford Motor Ibérica S.A. En 1931 se proclamó la República española, iniciando una nueva era en España llena de ilusiones y esperanzas al principio que, con el tiempo, se fueron tornando en decepciones, coincidiendo con el auge del fascismo y en medio de la Gran Depresión.
Tras la Guerra Civil que partió España en dos, el gobierno franquista nacionalizó Ford Motor Ibérica S.A., pasando a manos de la mencionada antes Motor Ibérica. En 1954, finalmente, Ford renunció a su presencia en España (regresaría con la planta de Almussafes para producir el Fiesta).
Ese mismo año comenzó su actividad Ebro, como ya hemos visto, con la producción de camiones y tractores, actividad que alcanzaría su cénit en la década de los 60 y 70. En 1967, la planta se trasladó a la Zona Franca y, en 1976, la producción se llevó a la Avenida Icaria, su emplazamiento actual.
Cuando en 1979 Massey Ferguson vendó su participación, Motor Ibérica empezó a trabajar con la tecnología de Nissan, fabricando los míticos modelos Patrol y Vanette. Luego la marca japonesa adquirió el 53% de las acciones, hasta su compra definitiva.
La era Nissan

Nissan fue la primera marca japonesa en desembarcar en Europa y, concretamente, en España. Luego le siguieron muchas más, algo parecido a lo que vimos años más tarde con las marcas coreanas y ahora estamos viendo con las chinas.
Con la compra de Nissan, Motor Ibérica S.A. se convirtió en NMISA y el primer vehículo que fabricó fue el Nissan Patrol en 1983. Con la liberalización del mercado del automóvil tras la entrada en la CEE, la marca japonesa introdujo dos odelos que producía en su planta de Sunderland, el Bluebird y el Sunny.
En 1997 quedó manifiesta la importancia que tenía esta fábrica para Nissan cuando creó una división del Centro Técnico NTC-E con el encargo de desarrollar nuevos motores diésel.
Hasta 1983, Nissan había fabricado unos tres millones de vehículos en España, alcanzando un tope de producción en 2007, cuando fabricó casi 193.000 vehículos , a los que se sumaron los 30.000 producidos en Ávila.
El futuro pasa por China

Como vemos, en la actual fábrica de Ebro han operado varias marcas diferentes: Ford, Ebro, Nissan… y ahora llegan los chinos. En 2021, Nissan cesó su producción, abandonando las instalaciones, lo que supuso un duro golpe para cientos de trabajadores.
Ahora, el gigante de la automoción china, el grupo Chery, ha desembarcado con varias marcas cuyos modelos se van a construir en las instalaciones de Barcelona. Son el Omoda 5 y el Jaecoo 7, pero llegarán más.
Del mismo modo, tras la joint venture creada con EV Motors, la renacida Ebro va a fabricar también sus modelos en la histórica planta donde varias décadas atrás la Ebro original construía sus camiones y tractores.
Conoce cómo trabajamos en Autobild.
Etiquetas: Grandes Historias, Historia del Motor